Acaba de lanzar su libro “Universitarios ¡El problema no es el lucro, es el mercado!”, en que plantea que el problema de fondo de la crisis universitaria está en que el capitalismo se tomó este espacio y convirtió un bien público, como es la educación, en un bien privado de consumo. “En el sistema está metida la idea de que la universidad es un bien privado: o la pagas, te endeudas, o no entras”, dice.
¿Cómo es eso de que el problema en la educación superior no es el lucro, sino el mercado?
En el 80, cuando sale la ley de las universidades, entramos al ambiente en el cual el mercado lo domina todo. Incluso la universidad, que entra con la lógica del autofinanciamiento, que desde el punto de vista de los estudiantes intenta imponer que la educación es un bien privado por el que la gente tiene que pagar; y desde el punto de vista de las universidades, obliga a autofinanciarse, por lo que aumentan los aranceles y el Estado no puede hacer nada. Se entra en una lógica donde la educación es el equivalente a una hamburguesa. Entonces, la pregunta de la época era ¿por qué si el Estado no subsidia la producción de hamburguesas va a financiar la educación? Desde ese tiempo hasta ahora, todo eso se ha ido acentuando.