A principios del S. XX el sociólogo alemán Robert Michels formuló en su libro “Los partidos políticos: un estudio sociológico de las tendencias oligárquicas de la democracia moderna“, la llamada “Ley de hierro de la oligarquía” para explicar la contradicción de por qué los partidos políticos, que son las principales instituciones de la democracia, no son organizaciones democráticas. Un siglo después, esta ley sigue tan vigente como entonces a la hora de describir su funcionamiento y organización. La clave está en el conocimiento que los líderes profesionales y burócratas van adquiriendo a medida que desempeñan su trabajo, unas habilidades que escapan de la comprensión y competencia de la masa de los afiliados y votantes de los partidos. Así, “este conocimiento de expertos que el líder adquiere en cuestiones inaccesibles, o casi inaccesibles para la masa, le da seguridad en su posición”. Sin embargo, este proceso tiene consecuencias porque “la democracia acaba por transformarse en una aristocracia por la imposibilidad de la masa de adquirir las competencias necesarias y su dependencia de un liderazgo”.
Giorgio Bertini
Research Professor on society, culture, art, cognition, critical thinking, intelligence, creativity, neuroscience, autopoiesis, self-organization, complexity, systems, networks, rhizomes, leadership, sustainability, thinkers, futures ++
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